31 de octubre de 2012

Desde niñas creemos que algún día llegará un príncipe azul a nuestra vida que nos enamore. Ya sabes, un chico que nos traiga flores, que le importe el día de San Valentín, que presuma de que seas su novia, que te felicite cada aniversario, que te sorprenda con bombones a la puerta del trabajo, que te repita tres mil veces al día que te quiere, que te mime, que duerma abrazado a tí, que te deje su chaqueta cuando tengas frío, que te defienda, que solo se fije en tí , que te lleve en cuello hasta la cama, que vea películas románticas contigo, que te acompañe de shopping y que haga que cada día juntos sea como un sueño. Pues bien, ya podeís esperar sentadas porque ese ''principito'' no existe. En mi caso, quiero a mi lado al tío más duro, bromista, que tenga estilo y personalidad, que sea diferente, que me haga reir y que se ría conmigo, que se le olviden los aniversarios y ponga ''cara de disculpa'', que me comprenda y  me escuche... que sea como sea, pero que sea él mismo y me quiera como nadie.